La crónica del XVIII Pregón (2023)

La iglesia de Santo Domingo se llenó prácticamente.—Antes de empezar, el pregonero se acercó a la  capilla sacramental para arrodillarse ante el Santísimo.—Tocó la banda de CC. y TT. de nuestra Hermandad y cantó el coro «Costaleros de Consolación».—No faltó la saeta en la espléndida voz de Pepín Cuevas.—El detalle de «Silencio blanco»


El Pregón del Costalero ha llegado a la mayoría de edad en 2023, con su XVIII exaltación. Debió hacerlo antes, en 2022. A causa de la maldita pandemia, la prudencia aconsejó dejarlo confinado en 2021. Así, tuvo que retrasarse tan simbólico aniversario hasta las vísperas de la Cuaresma que estamos a punto de comenzar. Nunca es tarde si la dicha llega. Tan sólo era cuestión de esperar.

Porque la dicha llegó el domingo 19 de febrero en la iglesia de Santo Domingo, que prácticamente se llenó, con el apasionado pregón pronunciado por don Francisco Gutiérrez Rebollar, Curro Rebollar para todos en Osuna, cofrade de Nuestra Señora de Consolación y del Cristo de la Paz, antiguo costalero y ahora contraguía del paso de palio de María Santísima del Mayor Dolor. Una exaltación que, como las anteriores, fue proclamada a pocas horas para la llegada de un nuevo Miércoles de Ceniza. Como las anteriores, constituyó también el primer toque de llamador ante el inicio del tiempo litúrgico de preparación para la Semana Santa.

Como buen costalero que fue, y sigue siendo cuando a su edad aún lo dejan engancharse porque sea necesario, tal y como ocurrió hace un año, Curro se fajó como Dios manda. Lo hizo para luego vaciarse, como a él gusta subrayar, en la entrega bajo las trabajaderas, ahora de la palabra.

Para llevar de la mano al auditorio en un paseo sentimental entre Consolación, la Patrona y Alcaldesa Honoraria, y Mayor Dolor, la bellísima Dolorosa que bajo palio bendice al pueblo en la sublime tarde del Viernes Santo, sin olvidarse de su Santísimo Cristo de las Tres Caídas, de la Esperanza de Triana, devoción de la Madrugada sevillana en la otra orilla del río grande.

Un paseo amplio y agradecido por la memoria y el sentimiento, sin escatimar en rincón alguno, ante la Osuna cofradiera. Ante ella, entre el verso y la prosa, se confesó, como en ese sueño no cumplido de haber llevado también a Jesús Nazareno. Una vez abierto el cancel del templo, se entregó como en ajustada salida o entrada de rodillas bajo el dintel de la puerta.

Bien arropado

El acto fue presidido por el párroco de la Asunción y vicario de la Zona Sur de Sevilla, don Manuel Ávalos Fernández. En el presbiterio, entre el estandarte y la bandera de nuestra Hermandad, le acompañaron el presidente del Consejo de Cofradías, don José Manuel García Gordillo; el concejal delegado de Festejos, don Manuel Rodríguez Seco-Herrera; el presidente de la Junta Rectora de nuestra Hermandad, N. H. Manuel Cuevas Gómez, quien pronunció breves palabras de saludo y agradecimiento a los asistentes; y el presentador del orador, don José María Moreno Roda.

Asistieron representaciones de hermandades, grupos municipales y antiguos pregoneros. También, el párroco de Nuestra Señora de Consolación, don David Roberto Larrén García, que quiso permanecer entre el público, junto a los componentes del coro «Costaleros de Consolación».

De este coro forma parte, y cantó, don Eduardo Rodríguez Núñez, voz privilegiada, pregonero de la Semana Santa de Osuna de 2023 y que ya lo fuera del Costalero hace ahora un decenio.

La banda de cornetas y tambores de nuestra Hermandad, dirigida por N. H. José Luis Montero, tocó desde el coro de la iglesia. Derrocha la formación muy buenos sones, que se mostraron aún más rotundos gracias a la extraordinaria acústica del templo. Magnífica actuación de una banda que demuestra su buen hacer y cómo se supera día a día.

Marchas, plegarias, saeta...

Tras la interpretación de la marcha «Cristo del Amor», de Alberto Escámez, composición que cada año saluda a Nuestro Padre Jesús Caído en su salida del Jueves Santo, don José María Moreno realizó una sentida y adornada presentación del pregonero, abiertamente signada por una amistad añeja y el compartir sudores bajo las trabajaderas en la Hermandad de la Paz.

Precediendo al pregonero no fue interpretada una marcha procesional. En esta ocasión, y que se recuerde resultó algo inédito en un pregón penitencial en Osuna, cantó el coro «Costaleros de Consolación», de muy buenas voces, que deleitó con una preciosa plegaria mariana que fue escrita por el propio Curro Rebollar hace tres decenios.

Con el pregonero ante el atril, luego de mantener breve, secreta y particular conversación con el Santísimo y la Virgen del Rosario en la capilla sacramental, Curro desgranó verso y prosa para traer con la palabra hasta Santo Domingo a Consolación y Mayor Dolor, y también las Tres Caídas de Triana, venerado allí donde hoy está el retablo que en el siglo XVIII se creara en Osuna para la iglesia de la Merced...

Y Curro habló de valores —humildad, entrega, servicio,...—, de familia, de recuerdos, desde que con 16 años empezó bajo las trabajaderas en Consolación, para seguir luego en el Mayor Dolor, y un año en la Borriquita; de compañeros que ya se fueron, como Jero o su entrañable Mandi; de su maestro en el colegio y en las hermandades, don Carlos González García, irrepetible cofrade de Osuna,...

De la pasión, en su suma, que para él significa ser costalero. Un costalero cuya vida tiene como puntales a Esperanza, su mujer, y Macarena y Rocío, sus hijas.

Elevó sendas plegarias a Cristo y María, con el fondo de los sones de marchas procesionales interpretadas por la banda de la Hermandad.

Para la plegaria a Cristo tuvo el detalle de elegir «Silencio blanco», de Julio Vera, como homenaje a Jesús Caído, que vistió túnica blanca en la procesión extraordinaria por el III Centenario fundacional, en 2005.

Para la plegaria a la Virgen sonó la bellísima composición «Ave María», de Caccini y Vavilov.

Y no faltó la saeta. Pepín Cuevas, de la gran familia cantaora y saetera de los Cuevas, se acercó hasta el atril del pregonero, cercano el final del acto, para cantar —mano derecha sobre el hombro izquierdo del orador— una extraordinaria saeta en la que pidió a María Santísima del Mayor Dolor el final de la guerra que desde hace un año atribula suelo europeo.

La mayoría de edad de la exaltación del costalero no pudo tener mejor Pregón.

Homenaje al pregonero

Tras la finalización del acto, en los salones de Tetuán Café-Bar se celebró en clima de grata cordialidad el almuerzo de homenaje al pregonero. A los postres, y por el presidente de la Junta Rectora, N. H. Manuel Cuevas Gómez, se le hizo entrega del habitual recuerdo, consistente en una almohadilla amarrada a una trabajadera, y por N.ª H.ª Belén Vázquez Berraquero, vocal de la Junta, un ramo de flores a su esposa, doña Esperanza Rivera Camúñez.

Por su parte, el hermano mayor del Santísimo Cristo de la Paz, don José Manuel Torrejón Japón, hizo entrega de sendos recuerdos al pregonero y al presentador.