La Columna
Don Luis de Soto y la mocha torre de la Colegiata
Se cumple un siglo desde la muerte del presbítero y la paralización de la obra de construcción de la torre, tras el hundimiento de la antigua en 1918. —Invirtió en ella el dinero de un premio en la lotería. —El quinto centenario del templo, en 2034, motivo propicio para terminar el torreón
La Colegiata de la Asunción, de Osuna, disfruta de la consideración de ser el monumento más importante de la provincia de Sevilla. Antiguamente, nuestra Humilde Esclavitud Mercedaria hacía estación de penitencia en ella. Recientemente, entre 2006 y 2016, con la única excepción de 2012 a causa de la lluvia, nuestra Cofradía salió de allí en su procesión del Jueves Santo. Ello se debió a la clausura de Santo Domingo, nuestra sede canónica, por obras de restauración. Esta circunstancia nos obligó a residir temporalmente en San Agustín, desde 2006 a 2013, y la Encarnación, desde 2013 hasta la reapertura de la antigua iglesia de los dominicos, en diciembre de 2016. Sede principal de nuestra parroquia y cofre que guarda joyas artísticas de primer orden, la Colegiata fue erigida como tal en tiempos del IV conde de Ureña, don Juan Téllez-Girón, gracias a la concesión de dos bulas por el papa Paulo II en 13 de noviembre de 1534. Este pontífice habría de otorgar años después, 10 de octubre de 1548, la bula de fundación de la Universidad ursaonense.
El desplome
A lo largo de sus casi cinco siglos de historia, la Colegiata ha sufrido numerosos percances, que son de prolija enumeración; algunos de ellos, gravísimos. Uno de los quebrantos más marcados acaeció hace poco más de un siglo. Coincidió con la segunda ola de la pandemia por la mal llamada Gripe Española, que provocó numerosas defunciones en nuestra villa. En la madrugada del 18 de noviembre de 1918, la torre del templo quedó afectada por un rayo: «...acarreando su desplome y el hundimiento de la capilla anexa de San Pedro, con el consiguiente destrozo del retablo y la imagen del titular existentes en su interior», escribió don Pedro J. Moreno de Soto en «Cuadernos de los Amigos de los Museos de Osuna». Nuestro paisano don Antonio Pedro Rodríguez Buzón, el más grande pregonero que ha tenido la Semana Santa de Sevilla, evocó el evento en su obra «Ayer en el recuerdo», en un hermoso paseo literario por calles de Osuna: «La de Sevilla, con el recuerdo vivo de aquella mañana en que desde allí vimos la torre de la Colegial hundida.»
Esta catástrofe patrimonial tuvo amplio eco en la Prensa nacional.
Nueva torre
Seis meses después, el 19 de mayo de 1919, se verificó el acto de colocación de la primera piedra de la nueva torre de la Colegiata. El proyecto se debió al arquitecto sevillano don José Gómez Millán. Después de levantada la correspondiente acta, firmada por autoridades y personalidades invitadas, el arcipreste, don Javier Govantes, diseñador años antes del manto bordado que luce nuestra Sagrada Titular, bendijo la primera piedra. Ésta quedó depositada en una caja de zinc. El recipiente contuvo además una fotografía de la Virgen de los Dolores servita, cuatro monedas con el busto de Alfonso XIII, un ejemplar de «El Debate», otro de «El Correo de Andalucía» y dos números de «El Paleto». Así lo rememoró en abril de 1950 «El Defensor», folleto informativo semanal fundado por don Juan J. Rivera Ávalos. Entre los firmantes del acta estuvo el presbítero don Luis de Soto Torres-Linero. Para costear las obras se abrió una suscripción que, según Moreno de Soto, recaudó 30.000 pesetas, a las que se sumaron otras dos mil procedentes de la caja municipal. La cantidad, no obstante, resultaba insuficiente. La aportación decisiva, al menos para levantar la torre tal y como la conocemos, procedió del citado sacerdote De Soto Torres-Linero, merced a un premio que le correspondió en la Lotería Nacional y destinó a este fin.
Caballero de Santiago
¿Quién fue don Luis de Soto?
Miembro de una conocida familia local, nació en Osuna a las siete de la mañana del 17 de septiembre de 1870. Ese día fue bautizado por el sacerdote don Pedro García Olivares. Hijo de don Juan de Soto y doña Antonia Torres-Linero, su abuelo paterno, don Juan de Soto y Herrera, de Amusco (Palencia), fue brigadier de Caballería y comendador de Campo de Criptana, de la Orden de Santiago. El abuelo materno, don Francisco de Torres-Linero, era originario de Teba (Málaga). Con 23 años, en las Témporas de Pentecostés de 1894, el cardenal Sanz y Forés lo promovió al presbiterado en Sevilla. En Osuna fue capellán y protector del convento de las Concepcionistas. En junio de 1923, el Rey Alfonso XIII le concedió el hábito de caballero de la Orden Militar de Santiago. El cruzamiento se celebró en octubre siguiente en la iglesia de las Comendadoras de Santiago, en Madrid. Actuó de gran maestre el duque del Infantado, y como padrino, el conde de la Real Piedad. El bellísimo templo barroco de las Comendadoras fue reabierto hace pocas semanas una vez restaurado, tras 24 años clausurado. Rodríguez Buzón también evocó la figura de De Soto Torres-Linero en su ya citada obra «Ayer en el recuerdo», en su paseo literario por las calles de Osuna: «La de Gordillo, con la escuela de Doña Mercedes, el despacho de vinos y la figura apuesta de aquel Don Luis de Soto, sacerdote ilustre, que tenía un "Rolls" mejor que el "Hispano" del marqués.»
El premio lotero
¿Qué premio tocó en la lotería a don Luis? No se sabe. Lo cierto es que entre enero de 1918, año del hundimiento de la torre de la Colegiata, y septiembre de 1923, un año antes de la muerte del sacerdote, Osuna resultó agraciada hasta siete veces por la diosa Fortuna. Los premios tuvieron muy distinta cuantía: desde las 1.500 pesetas, cifra importante para la época, cuando un periódico con ocho páginas costaba cinco céntimos, hasta las 65.000 pesetas, que constituían todo un capital.
El premio de las 65.000 pesetas a la serie correspondió al número 7.340 del sorteo del 11 de septiembre de 1923, un par de días antes del golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera. El siguiente premio en importancia, 50.000 pesetas a la serie del número 49.079, se fechó el 22 de diciembre de 1921, sorteo de Navidad. Vendido el número también en Bilbao, se trató del último premio importante que salió —12:23 horas— aquella mañana.
Contrasta esta tardanza con la rapidez en salir —sólo 28 segundos, el más veloz en la historia lotera— que exhibió el número 12.775, vendido por la Hermandad de San Arcadio, segundo premio de la Lotería de Navidad de 2015. Agració a Osuna con cien millones de euros.
Paralización de las obras
Fuese cual fuese el premio, lo cierto es que don Luis donó su importe para construir la nueva torre de la Colegiata. El tonsurado falleció inesperadamente el 20 de octubre de 1924, a los 54 años, víctima de congestión cerebral según el certificado expedido por el doctor Julio Ledesma. Un día después, el polifacético don Juan Lafita, bajo el pseudónimo de Jatifal, le dedicó una breve pero sentida necrología en «El Correo de Andalucía»: «Amante decidido de las glorias de su pueblo natal, a sus expensas se estaba reedificando la torre de la Colegiata de la villa de Osuna.»
Don Luis de Soto recibió sepultura en la iglesia de Santa Ana, extramuros de la villa. Sus restos fueron trasladados a la cripta de la capilla sacramental de la Colegiata el 28 de agosto de 2014.
El óbito del bienhechor de la Colegial provocó la paralización de las obras de construcción de la nueva torre, que desde entonces quedó mocha, tal cual la conocemos.
Rematar la torre
En marzo de 2024, la Asociación Amigos de los Museos recibió la donación por un particular, don Francisco Muñoz Pérez, del plano original de 1919 del proyecto de construcción de la torre de la Colegiata en su fachada norte. En su día, también don Rafael Manzano Martos, arquitecto que dirigió las obras de restauración del magno templo en los años 70 del pasado siglo, presentó su propuesta para rematar la torre. En 2020, la atalaya fue objeto de imprescindibles labores de restauración y consolidación por un importe de casi 137.000 euros.
Diez años quedan para que la Colegiata de la Asunción cumpla cinco siglos. Es viejo anhelo de Amigos de los Museos, cuyo presidente es don José María Rodríguez-Buzón Calle, y de numerosísimos ursaonenses ver terminada la inconclusa torre. ¿Qué mejor conmemoración se podría ofrecer a la efemérides que dar cima al proyecto? El mejor homenaje, sin duda, a la Historia de Osuna y a la memoria del desprendido presbítero don Luis de Soto Torres-Linero.
José María AGUILAR
25/10/2024